NARANJO GIL & ASOCIADOS ABOGADOS
IDEAS ABANDONADAS
El Albergue de la Creatividad Jurídica
MONEDA DE CAMBIO EN LOS DIVORCIOS
Las separaciones y los divorcios son situaciones extremadamente dolorosas para todas las partes implicada, pero el mayor
sufrimiento, invisible, oscuro y silencioso, lo padecen los menores que ven, como en cuestión de días, sus vidas han cambiado
y ya no compartirán, de forma conjunta con sus padres, como lo hacían antes, un maravilloso día de barbacoa en el campo.
Los
pequeños
ven
como
la
paz
deja
paso
a
una
honda
laguna
en
la
que
se
genera
a
un
tiroteo
de
reproches
entre
sus
padres,
ajenos y ausentes, a las verdaderas necesidades de sus pequeños.
A
raíz
de
estas
situaciones
surgen
preguntas
muy
comunes
en
nuestro
despacho
y
formuladas
por
las
familias
que
sufren
las
rupturas.
Por
suerte,
en
la
vida
no
todo
es
blanco
o
negro,
existen
los
matices.
Cuando
los
menores
se
encuentran
ante
esta
nueva
situación,
la
labor
del
padre
y
de
la
madre
es
hacérsela
más
llevadera,
no
reclutarlos
de
soldados
como
si
de
una
guerra
se
tratase.
Veamos los ejemplos:
“Estoy separada desde hace 1 años y tengo un hijo. Su padre lleva
3
meses seguidos sin pasar manutención. ¿Me puedo negar a que se
los lleve?”
Los
hijos
no
son
propiedad
de
ninguno
de
los
padres
y,
muchísimo
menos,
monedas
de
cambio.
No
se
paga
por
ver
a
los
hijos,
se
paga
una
manutención
para
contribuir
al
sostenimiento
de
los
mismos.
Cabe
la
posibilidad
de
que
el
padre
no
pueda
hacer
frente
al
pago
o
bien
se
haya
negado
taxativamente
a
cumplir
sus
obligaciones,
pero
ello
no
la
faculta
para
impedir
ni
obstaculizar
el
derecho
de
un
padre
a
comunicarse
y
a
visitar
a
sus
hijos.
Si
el
padre
no
abona
la
manutención, el mecanismo correcto será el reclamarlo judicialmente
“La
madre
tiene
establecido
un
régimen
de
visitas
en
sentencia
pero
los niños no quieren ir con ella. ¡Yo no los voy a obligar!.. Si no quieren que no vayan”
Ambos
progenitores
se
encuentran
obligados
a
dar
cumplimiento
al
régimen
de
visitas
establecido
en
la
resolución
judicial
hasta
tanto
no
se
modifique.
Asimismo,
no
es
justificación
alguna
el
hacer
valer
la
voluntad
de
unos
menores
sobre
las
decisiones adoptadas en el marco de la guarda y custodia y muchos menos sobre una decisión judicial.
Recordar que se han dado casos en que se condena al progenitor por la desobediencia de los hijos.
“Si
los
niños
no
quieren
venir
conmigo,
los
voy
a
denunciar.
Si
tiene
edad
para
declarar
ante
un
Juez
ya
es
hora
de
que
sepan lo que es bueno”
Recuerde
que
no
se
pueden
cazar
moscas
solo
a
base
de
vinagre,
habrá
que
ponerle
alguna
gotita
de
miel.
Las
relaciones
entre
padres
e
hijos
pueden
llegar
a
ser
tensas
en
no
pocas
ocasiones,
pero
ello
no
faculta
que
un
padre
o
madre
use
medios
coactivos
en
sus
hijos
a
fin
de
obtener
lo
que
desea
o
a
lo
que,
incluso,
puede
tener
derecho.
Llegar
a
extremos
no
es
la
solución,
especialmente,
cuando
los
extremos
llevan
a
proferir
amenazas
a
los
pequeños.
Asimismo,
el
hablar
mal
del
otro
progenitor
nunca
le
acercará
al
objetivo,
generando
en
los
menores
un
halo
de
desconfianza
que
no
le
permitirá
acercarse
ni
crear un clima de confianza con ellos.
Opte
por
intentar
un
acercamiento
hacia
ellos,
carente
de
historias
de
reproches
de
la
que
pueda
haber
estado
impregnada
la
relación con su padre o madre. Ahora Usted es el protagonista de la relación con sus hijos, no su expareja.
RECUERDE: Usted es un adulto y ellos solo son niños…
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© 2016 Sonia María Naranjo Gil
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