NARANJO GIL & ASOCIADOS ABOGADOS
CULTURA PI EN UNA EMPRESA:
El CUENTO DE MIGUELITO EL DULZÓN
Pensemos
en
un
negocio
local,
como
por
ejemplo
una
tienda
de
las
denominadas,
antiguamente,
de
aceite
y
vinagre.
Heredada
de
padres
a
hijos
a
través
de
generaciones,
conocida
en
el
barrio
por
la
calidad
de
los
diferentes
tipos
de
pimentón
que
ofrecía
a
su
clientela
y
los
maravillosos
coctel
de
frutos
secos
de
elaboración
propia
e
identificado
como
“MIGUELITO
EL
DULZÓN”
por
el
mote
que
le
pusieron
en
su
barrio
dado
su
pimentón
dulce
de
extraordinaria
calidad.
Con
el
paso
de
los
años,
los
hijos
mandaron
a
elaborar
un
cartel
que
identificase
la
tienda,
pero
las
nuevas
generaciones
se
plantean
cómo
afrontar
la
feroz
competencia
e
incrementar
el
valor
de
su
empresa.
Optaron
por
consultar
a
un
abogado
especialista
en
PI
y
NT
(propiedad
intelectual,
industrial
y
nuevas
tecnologías) quien les recomendó:
1º
Hacer
del
nombre
de
la
tienda
“MIGUELITO
EL
DULZÓN”
una
marca
para
sus
productos
de
elaboración propia y sus servicios.
2º
Adaptarse
a
las
nuevas
tecnologías
convirtiendo
s
“MIGUELITO
EL
DULZÓN”
en
www.miguelitoeldulzon.com
en
un
nombre
de
dominio
digno
creando
una
imagen
corporativa
con
el
que
comunicar
con
su
público
a
fin
de
acercar
al
público
más
joven,
al
mismo
tiempo
que
creó
un
perfil
de
Facebook
en
el
que
mantener
el
contacto
directo
y
más
cercano
con
sus posibles clientes.
3º
A
través
de
la
página
web
comenzaron
a
trabajar
el
comercio
electrónico
en
el
que
enviar
el
pimentón
elegido por el comprador a su domicilio.
4º
Una
vez
que
el
éxito
fue
una
realidad,
en
un
mundo
en
el
que
la
cocina
cada
vez
toma
pódium
más
altos,
comenzar a expandir sus franquicias por todo el país.
Todas
las
actuaciones
de
los
herederos
de
MIGUELITO
EL
DULZÓN
son
parte
de
la
cultura
PI
de
una
empresa.
La
importancia
que
toman
los
activos
inmateriales
tales
como
las
marcas,
nombres
de
dominio
de
Internet,
la
forma
de
llevar
a
cabo
el
comercio
electrónico
y
el
sistema
de
franquicias
ha
incrementado,
notablemente,
el
valor
de una negocio local que ha traspasado las fronteras de su barrio.
Generalmente,
el
empresario
medio
y
el
autónomo
miden
el
valor
de
una
empresa
o
negocio
por
los
bienes
inmuebles
y
el
activo
inmovilizado
tangible,
tales
como
maquinaria,
herramientas
de
trabajo
y
material
de
oficina,
entre
otros.
Sin
embargo,
el
verdadero
incremento
del
valor
empresarial
viene
dado
por
el
potencial
que
le
brindan
sus
bienes
intangibles:
marcas,
nombres
de
dominio,
patentes,
modelos
y
diseños
industriales
y
derechos
de
autor.
Todos ellos comportan, grosso modo, la propiedad intelectual e industrial, el verdadero valor empresarial.
Todo
el
que
accede
a
la
categoría
de
emprendedor,
emprendedora,
empresari@,
ya
sea
individual
o
colectivo,
debería
estar
perfectamente
asesorado
con
el
fin
de
añadir
valor
a
su
empresa
desde
el
primer
día,
a
fin
de
crearse
una cultura PI que podrá ser la base fundamental para el crecimiento, desarrollo y expansión futura de su negocio.
Evidentemente,
no
todas
las
empresas
y
emprendimientos
están
llamadas
a
una
crecimiento
con
destino
a
convertirse
en
una
multinacional,
pero
sí
es
cierto
que
la
intención
marcará
la
diferencia
a
la
hora
de
traspasar
un
negocio, arrendarlo a un tercero e incluso venderlo.
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© 2016 Sonia María Naranjo Gil
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